miércoles, 7 de octubre de 2009

ENTREVISTAS, QUÉ SE DEBE Y QUÉ NO SE DEBE HACER

Por Rod Mc Donell
World Bank Institute, 2002

Lo que SÍ se debe hacer



Antes de la entrevista:

Antes de hacer una entrevista, determine exactamente que es lo que usted desea sacar de ella. Normalmente se hace una lista de los tres o cuatro temas que desea abordar. Sin embargo, no se sienta obligado ni limitado por esa lista.

Investigación. Busque recortes de periódicos y revistas. Revise Internet si le es posible. Lea libros. Hable con personas que conocen al entrevistado y su reputación.
Organización. Escriba guías de una sola palabra en su libreta para recordar los puntos que quiere cubrir.


Presentación. Asegúrese de que esta le ayuda a obtener sus metas. Proyéctese como una persona humilde, amistosa, curiosa, sin temores. Preséntese como un observador neutral y cortés, no como un polemista beligerante. Si le parece, haga unas primeras preguntas inocentes para que el entrevistado entre en confianza, de modo que sienta que usted es inofensivo.

Durante la entrevista:

Siéntese frente al entrevistado de manera erguida. Mírelo directamente a los ojos, con confianza pero sin agresividad.
Siempre haga preguntas. Esto parece obvio, pero muy a menudo los reporteros sencillamente repiten lo que el entrevistado ha dicho y no hacen la pregunta correspondiente.
En general, haga preguntas abiertas, que suenen simples y naturales. Este tipo de preguntas obliga al entrevistado a pensar y a revelar algo de sí mismo. Una buena alternativa es hacer preguntas que comienzan con “¿Qué?”, “¿Cómo?” o “¿Por qué?”
- Haga preguntas cortas siempre que sea posible: “¿Por qué?”.
- Haga preguntas neutrales.
- Observe el lenguaje corporal del entrevistado. Puede revelar mucho.
- Haga las preguntas de una en una.

- Escuche cuidadosamente las respuestas que recibe. Puede ser que el entrevistado se desvíe hacia un tema no previsto. Este tema podría ser una mina de oro, siempre y cuando tenga los ojos y oídos bien abiertos y esté alerta ante las pepitas que se le presenten.
- Ponga atención a los detalles. Esto le ayudará a dar color a su reportaje. Una buena entrevista puede perfectamente cambiar el sesgo o la dirección de su reportaje. Entonces, abra los ojos y manténgase alerta, no ponga oídos sordos ni sea terco cuando el entrevistado abra horizontes nuevos e interesantes.
- Cuando sea necesario, no dude en pedir al entrevistado que siga un orden cronológico (“¡Un momento, por favor! ¿Qué ocurrió al comienzo?” “¿Y qué pasó después?”.) Así usted comprenderá mejor los hechos. También podrá darse cuenta de incongruencias en la cronología.

- Igualmente, no dude en reformular con sus propias palabras el meollo de los puntos clave que el entrevistado le acaba de explicar. De esta manera puede confirmar su comprensión de las explicaciones del entrevistado. Mantenga el control de la entrevista llevando de la mano al entrevistado por los diferentes tópicos que desea cubrir.
- Cuando un entrevistado le dice algo muy importante, pregúntele por qué lo sabe. Esto puede ayudar a encontrar fuentes para corroborarlo. También le puede ayudar a evaluar la credibilidad del entrevistado. Si está inventando algo, usted se dará cuenta rápidamente.

- Con algunos entrevistados algo renuentes, la simpatía o, aún mejor, la empatía, contribuye a obtener respuestas.
- No acepte información “off-the-record” sin antes tratar de que el entrevistado acepte su publicación. Y, si usted no logra persuadirlo de que toda la conversación sea para publicar, negocie con firmeza para que la mayor parte sea publicable.
- En las entrevistas importantes es mejor utilizar una grabadora. Sin grabadora se le hará más difícil escuchar atentamente las respuestas porque estará ocupado tomando notas mientras el entrevistado habla. Probablemente, en un caso así, usted no estará suficientemente alerta para hacer esa pregunta que no había preparado, pero que se deriva de la respuesta que está recibiendo.

(Algunos expertos consideran que la gente no reacciona naturalmente a las grabadoras, y que solo se deben usar con entrevistados hostiles. Sin embargo, la experiencia demuestra que muchos entrevistados olvidan rápidamente sus objeciones y se relacionan mejor con el entrevistador aun cuando los estén grabando. De todas maneras, cuando esté grabando tome notas, de preferencia en estilo telegráfico, que le servirán para hacer un resumen de donde están los puntos principales en la cinta de grabación, y también como respaldo en caso de que la grabadora no haya funcionado.)

ENTREVISTAS HOSTILES O DIFÍCILES:
La honestidad es una buena regla en términos generales. Pero en ocasiones un poco de “blof” puede funcionar. Por ejemplo, a veces es útil pretender que uno sabe algo que en realidad no sabe. Esto funciona a veces cuando uno tiene una intuición, generalmente basada en información suplementaria obtenida por aparte, la cual da pistas para plantear nuevos escenarios.
Si una persona le miente, lo cual ocurre a menudo, permítale que siga mintiendo. De este modo, usted podrá después desmantelar la trama con paciencia y colocar al entrevistado en una posición en la que se sentirá más cómodo ofreciendo la verdad. Si el entrevistado no se retracta, simplemente cite sus mentiras. Las mentiras son a menudo tan absurdas que el público se dará cuenta rápidamente de que el entrevistado es un mentiroso.

Lo que NO se debe hacer

- No abuse de las preguntas cerradas, es decir preguntas que se contestan con un sí o un no.

- No haga preguntas dobles. Haga preguntas de una en una.
- No recargue una pregunta con un preámbulo extenso. Hágala simple. Evite preguntas como esta: “Su compañía cerró por varios factores. ¿Cuáles fueron esos factores, cuáles fueron culpa suya, cómo podría haberlos evitado, y qué ha aprendido con esta experiencia? ¿Puede contestar estas preguntas?
- No haga preguntas afirmativas que concuerdan con sus ideas preconcebidas acerca del tema.
- No incorpore comentarios en sus preguntas.
- No incorpore suposiciones en sus preguntas
- No utilice palabras que inducen al debate. Ciertas palabras pueden desencadenar una discusión estéril sobre asuntos morales, políticos o semánticos. Por ejemplo, si uno pregunta: “¿Dónde se encontraba usted cuando los zapatistas comenzaron a liberar a Chiapas?”, el entrevistado podría, en lugar de contestar la pregunta, expresar su desacuerdo con el término “liberar”. Esto desviará la conversación y la convertirá en un debate sin sentido sobre terminología. En su lugar, se podría plantear así: “¿Dónde se encontraba usted al comienzo de la insurrección zapatista?”
- No utilice palabras que dan sesgos a su pregunta. Por ejemplo, es mejor no preguntar: “¿Disfrutó mucho de su viaje?”. Simplemente pregunte: “¿Cómo le fue en el viaje?”.
- No formule preguntas largas y complicadas. Usted se perderá en ellas, al igual que su entrevistado.

- No haga preguntas del tipo “o lo uno o lo otro”. Por ejemplo: “¿Usted estafó al banco por pura ambición o porque tenía que alimentar a su familia?”. Es mejor preguntar: “¿Por qué estafó al banco?”
- No haga preguntas argumentativas.
- No haga preguntas que interrumpen.
- No haga preguntas para impresionar
- No polemice con los entrevistados. Una vez que han dado una respuesta es difícil que la cambien porque usted expuso sus argumentos. En todo caso, su trabajo no es persuadir a la gente de lo que deben pensar. Su trabajo consiste simplemente en saber qué piensan.
- No se moleste ni se desconcentre si el entrevistado grita, actúa agresivamente o pierde el control. Espere a que la persona se calme, y prosiga luego con tranquilidad. A veces la ira es forzada, con la intención de intimidar, confundir u hostigar al entrevistador.
Aunque no hay que buscar conflictos ni enfrentamientos, no los evite a toda costa, especialmente cuando el entrevistado ha dicho algo que no se puede dejar pasar. Es decir, uno no tiene que concordar siempre con un entrevistado, cuyas afirmaciones pueden ser dudosas, simplemente porque se desea eludir conflictos.
- No haga acusaciones.
- No sea sarcástico.
- No sea cínico.
- No actúe como un inquisidor.
- No haga juicios temerarios.
- Evite los estereotipos.
- No moralice.
- No amenace.
- Eluda el debate de ideas. Es probable que usted se encuentre discutiendo un tema para establecer ciertos hechos. El debate puede ser una pérdida de tiempo y energía.
- No trate de justificar sus acciones o propósitos, pues son nobles.
- No intente amputar parte de una respuesta que usted desea usar en un reportaje, de la parte que es menos útil para sus teorías.

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